martes, 11 de febrero de 2014

Prohibido olvidar

La imprudencia de un destino a resolver
golpeó sordamente una puerta maldita,
zigzagueó entre deformantes cuerpos,
e impactó en una huella errante
que de un choque se hizo dolor.


Un crimen que a un guante blanco manchó,
que surgió del miedo al monstruo mayor,
que tomó forma en un ser sangrante,
en miles de lágrimas dispersó el temor.


Prohibido olvidar es ahora
la consigna en la contradicción,
pues quien engendró la muerte,
también engendró el amor.

Conformes personas levantan banderas
celebrando los gritos de hoy,

no se dan cuenta que en cambio,
es domesticación.
Víctimas del monstruo que arde
entre caricias y desazón,
en tanto responde a los golpes
de viles personas sin sol.

El único brillante maldito
que jamás lograrán apreciar;
pues sus bolsillos y bolsas,
con sangre brillante las han de llenar.

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